El uso indiscriminado y prolongado de gafas premontadas puede ocasionar trastornos en el sistema visual

Eduardo Eiroa, presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia: “Adquirirlas por cuenta propia es equiparable a automedicarse”

Solo se ajustan a las necesidades de un 2% de la población y sin la adaptación individualizada de un óptico-optometrista se podrían pasar por alto problemas visuales

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia advierte que las gafas premontadas, es decir, aquellas que se adquieren sin una adaptación previa e individualizada por parte de un óptico-optometrista, no son la solución adecuada para corregir la visión y su uso indiscriminado y prolongado en el tiempo puede ocasionar trastornos en el sistema visual que afecten al rendimiento para tareas en visión próxima y lejana.

Los ópticos-optometristas explican que las gafas premontadas solo se ajustan a las necesidades de un porcentaje mínimo de la población, a un máximo de un 2% de las personas, y la mayoría suelen estar más cómodas con gafas hechas a medida. El colectivo indica que en este tipo gafas la graduación de ambos ojos es la misma y no corrigen el astigmatismo, además de que la distancia de los centros ópticos no suele coincidir con la que necesita el usuario y, lo que es peor, el centrado vertical de ambas lentes no suele ser el mismo (están a diferente altura). Así, destaca que estos descentramientos en las lentes pueden provocar desequilibrios binoculares en los usuarios que tendrán que hacer un esfuerzo mayor para conservar la binocularidad y poder tener una visión relativamente cómoda.

Este tipo de gafas utiliza lentes biconvexas (con dos superficies convexas) en lugar de lentes de menisco (lente formada por una superficie cóncava y otra convexa) que utilizan todos los fabricantes de lentes oftálmicas. Las lentes biconvexas producen mayor distorsión de imagen y, por consiguiente, mayor incomodidad visual que las de menisco. Además la calidad, tanto de la montura como de las lentes, es muy inferior a la de cualquier otra gafa. “La mala calidad de imagen que proporcionan junto con los problemas binoculares que producen, provoca una disminución del rendimiento del sistema visual del usuario en visión próxima” –indica el presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, Eduardo Eiroa­–.

Las gafas premontadas no son una solución adecuada para la presbicia

La adaptación individualizada por parte de un óptico-optometrista es imprescindible porque cada persona presenta unas características morfológicas y anatómicas distintas. Este tipo de gafas no son la solución idónea para la presbicia ya que carecen de esa adaptación previa. Las gafas premontadas para vista cansada actúan simplemente como una lupa, con igual graduación en ambos ojos, ignorando aspectos como la visión binocular o el astigmatismo que podamos sufrir, con lo cual jamás serán la solución  más útil  contra la vista cansada.

La presbicia o vista cansada es un defecto fisiológico que se comienza a manifestar en torno a los 40 años. Se trata de un estado refractivo en el cual la capacidad de acomodación o enfoque del ojo se muestra insuficiente para desempeñar con comodidad cualquier tipo de actividad en visión próxima como la lectura. Con el paso del tiempo, el músculo ciliar y el cristalino pierden elasticidad y la capacidad de aumentar su potencia, respectivamente. Debido a esto, el ojo ve reducida su capacidad de acomodación y, por tanto, su capacidad para ver de cerca. Las personas que comiencen a manifestar síntomas de presbicia deben acudir al profesional de la visión que, tras los exámenes pertinentes, aconsejará acerca de la corrección visual más adecuada en función de sus necesidades, características y estilo de vida.

Eduardo Eiroa señala que esta “especie” de gafas no son más que unas lentes de aumento que se fabrican de forma masiva. “Las gafas premontadas ayudan a enfocar de cerca, pero son un instrumento para salir del paso. Adquirirlas por cuenta propia es equiparable a automedicarse. Nunca son las gafas más adecuadas, porque solo un 5% de la población tiene la misma graduación en los dos ojos” –explica–. En este sentido, existen varios tratamientos ópticos para la presbicia, entre los que se incluyen las lentes monofocales, bifocales, trifocales y progresivas y las lentes de contacto.

El Colegio recomienda no adquirir gafas graduadas ni de sol fuera de los establecimientos sanitarios de óptica, en los cuales un óptico-optometrista podrá realizarle un examen visual al paciente con el fin de detectar posibles problemas de visión y poder recomendarle las gafas que mejor se adapten a sus necesidades visuales.