Eduardo Eiroa, presidente: “Hay un alto incremento de cataratas y otras anomalías visuales causadas por la radiación”
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia recuerda que en estos meses de verano es necesario el uso de gafas de sol. Cada vez es más necesario utilizarlas, sobre todo en los momentos del amanecer y atardecer del día, unas horas en las que el sol está bajo y con una radiación más directa, y cuando las pupilas se dilatan por la falta de luz.
En verano, las condiciones de luminosidad van en aumento y también se multiplican las horas de exposición al impacto nocivo de las radiaciones ultravioletas en los ojos, aunque es necesario recordar que la exposición ultravioleta es nociva durante todo el año. El presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, Eduardo Eiroa, advierte que la acción de esta radiación ultravioleta en los ojos, unida al deterioro de la capa de ozono, está dando como resultado un “alto incremento de cataratas y otras anomalías relacionadas con la salud visual, como inflamaciones agudas de la conjuntiva (conjuntivitis) y la córnea (queratitis), aparición de procesos degenerativos de la superficie ocular (pinguécula y pterigión), retinopatías e, incluso, lesiones cutáneas, que pueden provocar a largo plazo serios problemas”.
Los efectos de la radiación solar afectan de manera especial a los niños. Los especialistas explican que durante la infancia, los niños todavía no han desarrollado una protección natural contra la radiación ultravioleta, además de tener los ojos más transparentes. Con estas evidencias, los ópticos-optometristas gallegos aconsejan el uso de gafas de sol desde edades muy tempranas. “Está demostrado que el 80% de la radiación ultravioleta que reciben los ojos durante toda la vida se produce en los primeros dieciocho años” –apunta Eiroa–.
Las gafas de sol son la mejor manera de proteger los ojos frente a la radiación. Su uso es recomendable en las zonas altas, ya que cuanta más altitud más radiación recibimos (un 10% más de radiación ultravioleta –UV– cada 1.000 metros de altura); durante el verano, de 12 de la mañana a 5 de la tarde; aunque exista nubosidad, ya que parte de la radiación UV traspasa la barrera de nubes; y cuanto más cerca se esté del Ecuador y a una mayor altura respecto al nivel del mar. Así, los ópticos-optometristas gallegos recomiendan el uso de gafas poralizadas y envolventes para evitar que la luz solar se cuele por el lateral y refleje en la parte interna de la lente, indiciendo directamente en los ojos.