Los ópticos-optometristas gallegos se forman este fin de semana en la rehabilitación visual de pacientes con Baja Visión, con las ayudas visuales más novedosas donde la tecnología juega un papel muy importante


Adrián Pérez Baladrón, óptico-optometrista y docente del curso:
“Lupas, lupas tv, microscopios, telescopios, telemicroscopios y filtros de absorción selectiva son las ayudas visuales especiales más prescritas”

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia celebrará este curso presencial en su sede de Santiago

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia celebra un curso presencial sobre “Rehabilitación visual en pacientes con Baja Visión”, que se impartirá mañana sábado 7 de mayo, de 15:45 a 21:00 horas, y el domingo día o de 9:00 a 14:30 horas. La jornada formativa estará impartida por el óptico-optometrista Adrián Pérez Baladrón, Máster en Rehabilitación Visual por el Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada de la Universidad de Valladolid (lOBA) y profesor asociado del Grado de Óptica y Optometría de la Universidade de Santiago de Compostela (USC).

Adrián Pérez explica que la Baja Visión es una disminución de la capacidad visual del paciente, provocada por una patología que no se puede corregir con gafas convencionales, lentes de contacto o con algún tratamiento médico. El experto destaca que todavía no existen tratamientos definitivos para patologías como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), la retinopatía diabética y la retinosis pigmentaria, y los existentes solo son efectivos para frenar la evolución en algunos casos, pero no para su curación. Pero, añade que la terapia genética, los implantes y trasplantes retinianos y los tratamientos farmacéuticos siguen avanzando y, “es posible, incluso, que en un futuro consigan devolver la visión a las personas que no ven nada. Esto seguirá modificando, sin duda, las características de la población con discapacidad visual y tendrá una clara repercusión en los programas de rehabilitación”, advierte.

El profesional explica que para tener una vida visual óptima no solo basta con ver el 100%, interfieren otros aspectos como las habilidades de eficacia visual, de campo visual y habilidades de análisis y procesamiento de la información visual.

En el curso se establecerán entrenamientos para mejorar todos estos aspectos más allá de las ayudas visuales convencionales. Por ejemplo, un paciente con degeneración macular tiene alterado su campo de visión central impidiendo acceder a la lectura, reconocer caras o percepción de los detalles. Estos pacientes mantienen sana su visión periférica, por ello, se beneficiarán del desarrollo de una visión excéntrica, es decir, utilizar una zona de retina sana que actúe como nueva mácula. Por otro lado, un glaucoma origina una visión tubular dando lugar a dificultades en los desplazamientos, localización de objetos o mala visión nocturna. A través de entrenamientos de búsqueda y rastreos el paciente puede mejorar su calidad de vida.

Por último, en el curso se tratarán las ayudas visuales más novedosas donde la tecnología juega un papel muy importante. Se verán desde cámaras que van incorporadas a la varilla de las gafas permitiendo reconocer textos, objetos y caras, hasta dispositivos que usan la realidad aumentada para ayudar a estos pacientes.

Unidades de Baja Visión

Existen Unidades de Baja Visión destinadas a luchar para que las personas con estas afecciones puedan recuperar sus actividades cotidianas y hobbies que, debido a su pérdida visual, han tenido que abandonar, aunque sean tareas necesarias para ser autónomo y feliz.

Pérez Baladrón señala que los rehabilitadores deben conocer todas las pautas de entrenamiento y acondicionamiento, así como todas las ayudas tanto ópticas como no ópticas para mejorar la calidad de vida del paciente. “Lupas, lupas tv, microscopios, telescopios, telemicroscopios y filtros de absorción selectiva son las ayudas visuales especiales más prescritas en Baja Visión. Un programa completo de rehabilitación visual incluye, no solo la prescripción de ayudas visuales, sino también la optimización del resto visual mediante el desarrollo de una visión excéntrica, habilidades de trazado, exploración, seguimiento y retorno, habilidades de la vida diaria o técnicas de orientación y movilidad” –indica–.