Desde su puesta en marcha en 2018, tras la firma del convenio con Cáritas Diocesana de Santiago, se ha atendido a 393 internos, de los cuales 309 han necesitado gafas para corregir su graduación
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia continúa ofreciendo el servicio de gabinete optométrico en el Centro Penitenciario de Teixeiro, en el Concello de Curtis, fruto del convenio de colaboración firmado en 2018 con Cáritas Diocesana de Santiago.
La óptico-optometrista Pilar Moinelo es la voluntaria responsable de realizar las revisiones visuales a los internos. Suele acudir al penal dos veces al mes, aproximadamente, para realizar los exámenes visuales a los internos con menos recursos económicos. El pasado 25 de enero realizó su última visita, ya que la prevista para el mes de febrero se suspendió por el aumento de la incidencia de la covid-19 en Galicia, aunque en la cárcel de Teixeiro no se han detectado casos.
“La acogida de los reclusos es muy buena, y por supuesto, la atención de la dirección del centro penitenciario y especialmente de su directora de Programas Médicos, Carmen Suárez, es fundamental, siempre ayudándome y asesorándome en todo lo necesario para que los internos tengan la mejor asistencia óptica posible” –destaca Moinelo–.
Sobre la operativa del programa, Pilar Moinelo señala que, en cada visita, el centro le facilita un listado con los pacientes del día, que previamente se han inscrito a través de una instancia para la atención optométrica. En primer lugar, la optometrista recibe a los pacientes revisados en la visita anterior para entregarles su gafa. A continuación, comienza con las revisiones visuales de la jornada, realizando primeramente una pequeña amnanesis, después pasa a usar el autorrefractómetro y a realizar las diferentes pruebas optométricas con gafa de prueba. Una vez tiene medida la refracción, les explica a los internos su situación visual y estos eligen la montura que mejor encaje con su fisonomía y gustos.
“Los internos reciben gafas nuevas, con buenas lentes y calidades, y de diseño actual, por lo que una totalidad de los reclusos se muestran satisfechos con el servicio y las gafas que se les suministran” –indica–.
Hasta la fecha, Pilar Moinelo ha atendido a 393 internos, de los cuales 309 han necesitado gafas para corregir su graduación. La optometrista asegura que la mayoría de los internos presentan defectos de refracción, que en muchos casos no fueron corregidos con anterioridad por falta de recursos económicos. Explica que el principal problema detectado entre la población reclusa es la presbicia ya que la media de los internos supera los 45 años, y sus principales ocupaciones en el centro penitenciario son la participación en talleres y la lectura, donde las gafas de cerca son imprescindibles.
“Un 40% de los internos que reciben ayuda optométrica no necesitaba usar gafas antes de ingresar en el centro penitenciario”
También se ha encontrado con miopes, de más de 6 dioptrías, y en menor medida con casos de astigmatismo leve que en condiciones normales no se tratarían con gafas, pero que al estar en un entorno cerrado se convierte en un problema mayor al provocar dolores de cabeza o irritación en los ojos. En otros casos, Moinelo explica que presentan diversas patologías, como cataratas, ambliopías o glaucoma que automáticamente se derivan al servicio de oftalmología externo. “Un 40% de los internos que reciben ayuda optométrica no necesitaban usar gafas antes de ingresar en el centro penitenciario. En espacios reducidos, como el patio o la celda con una pobre iluminación, los pequeños defectos de refracción se ven incrementados, sobre todo en las miopías que pueden aparecer o empeorar porque los internos no trabajan su visión lejana” –argumenta–.
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia recibió en 2019 la Medalla de Bronce al Mérito Social Penitenciario de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias –órgano adscrito al Ministerio del Interior–, por su prestación de asistencia óptica y optométrica a los internos del Centro Penitenciario de Teixeiro.