Joan Pérez, docente y especialista en lentes de contacto y ortoqueratología: “Si la adaptación llega a buen puerto, el paciente verá bien durante todo el día, todos los días, siempre y cuando duerma con las lentes de contacto por las noches”
Con la participación de 34 profesionales, la formación se impartirá este fin de semana en la sede de la entidad en Santiago
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia ha iniciado hoy un curso de “Resolución de problemas. Interpretación de fluorogramas y de topografías en ortoqueratología” en la sede de la entidad en Santiago (calle Salvador García Bodaño, 2, 1º C). Con la participación de 34 profesionales, la formación se prolongará hasta mañana domingo en horario de 9:45 a 14:14 horas. El curso estará impartido por el óptico-optometrista Joan Enrique Pérez Corral, especialista en lentes de contacto y ortoqueratología y miembro de la junta directiva de la Academia Europea de Ortoqueratología.Joan Pérez explica que la ortoqueratología es una adaptación especializada de lentes de contacto que tiene como objetivo generar un moldeo corneal controlado. “Los pacientes van a dormir con unas lentes específicamente diseñadas para sus ojos y en función de la graduación a tratar, de forma que al quitarlas por la mañana verán bien durante todo el día, sin la necesidad de usar gafas o lentillas” –destaca–.
El especialista indica que con ortoqueratología se puede corregir la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía, e incluso con algunos diseños –no generalizados en España– se puede tratar también la presbicia.
Para utilizar la ortoqueratología, el óptico-optometrista debe informar debidamente al paciente sobre el funcionamiento del tratamiento, concretamente en lo que se refiere a su reversibilidad. “Si la adaptación llega a buen puerto, el paciente verá bien durante todo el día, todos los días, siempre y cuando duerma con las lentes de contacto todas las noches” –indica el experto–.
Joan Pérez apunta que el siguiente paso es validar si el paciente es apto para esta adaptación y realizar las pruebas pertinentes para valorar si es o no candidato a ortoqueratología: topografía corneal (forma de la córnea), medidas del diámetro corneal y pupilar y anamnesis (hábitos, trabajo, hobbies del paciente…). Si es resultado es positivo, el profesional podrá diseñar unas lentes Orto-k a partir de la topografía corneal y la refracción a tratar.
Con la lente en el ojo, el especialista procede a valorar el fluorograma, una prueba esencial a la hora de adaptar lentes de contacto, que debe cumplir una serie de requisitos para que el paciente pueda empezar a dormir con la lente. Joan Pérez precisa que, tras el uso de las lentes, se comprobará mediante la topografía corneal el efecto que realiza en la córnea durante el porte nocturno. “Si la córnea no tiene alteraciones, si la graduación va disminuyendo y si la agudeza visual sin corrección va aumentando, quiere decir que las lentes son correctas”, explica y, en cambio, si la córnea tiene alguna alteración, o la graduación o visión no mejora, considera que habrá que ajustar el diseño o parámetros de la lente a partir de los resultados topográficos y del fluorograma inicial.
Es un método indicado para intentar frenar el aumento de la miopía en niños y niñas
En función de la graduación que tenga el paciente se tardará más o menos en conseguir ver bien durante todo el día, pero Joan Pérez considera que el tiempo medio oscilaría entre los diez días y las dos semanas.
Además, el profesional destaca que, según las últimas investigaciones, la ortoqueratología sería el método no farmacológico de elección para intentar frenar el aumento de la miopía en niños y niñas, en concreto indicadas con miopía en evolución en pequeños con la suficiente madurez para permitir que le pongan una lente de contacto, y si es posible que ellos mismos aprendan a ponérselas, quitarlas y manipularlas.