Cáritas Diocesana de Santiago y el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia ayudarán a los internos del centro penitenciario de Teixeiro a mejorar su salud visual

Ambas entidades han renovado hoy el convenio de colaboración puesto en marcha en 2018, periodo en el que se ha atendido a 580 internos, de los cuales 485 han necesitado corrección óptica

José Anuncio Mouriño, director de la organización caritativa: “Somos la única Diócesis y Teixeiro es la única prisión de Galicia que tienen este servicio, y parece ser que de las pocas de España, por eso esperamos que sirva de ejemplo para que otros hagan lo mismo”

Eduardo Eiroa, presidente del colegio profesional: “El resultado es tremendamente positivo gracias a la aportación económica de Cáritas y la asistencia profesional de la óptico-optometrista voluntaria Pilar Moinelo, que está realizando un magnífico trabajo muy valorado por el personal sanitario del centro y los propios internos”

El director de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, José Anuncio Mouriño, y el presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, Eduardo Eiroa, han firmado hoy, en la sede de la organización solidaria en Santiago de Compostela, la renovación de un convenio de colaboración para prestar asistencia óptica y optométrica a los internos que se encuentren en el Centro Penitenciario de Teixeiro.

En su labor de apoyo a diversos grupos sociales en situación de precariedad o exclusión social, Cáritas Diocesana de Santiago colabora habitualmente con personas, empresas, instituciones, colegios profesionales y congregaciones religiosas para hacer posible la realidad de un mundo más justo para todas las personas. Por su parte, el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia quiere actuar en el área de apoyo social a los más desfavorecidos conforme a los criterios de buenas prácticas que rigen en su código deontológico.

El convenio fija los términos de colaboración entre el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia y Cáritas Diocesana de Santiago. El acuerdo regulará la prestación de asistencia por ambas partes a los internos de Teixeiro que carezcan de recursos económicos, en vista a poder mejorar su salud visual, ofreciéndoles asistencia óptico-optométrica.

José Anuncio Mouriño relató cómo surgió esta colaboración, después de que la responsable de voluntariado de Cáritas Diocesana de Santiago en el centro penitenciario de Teixeiro enseñó a la directiva de la organización unas gafas con los cristales pegados con esparadrapo, comprobando así que en el penal había mucha gente que no podía ver bien por falta de gafas. Como solución, Mouriño explicó que se habló con el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia para poner en marcha este convenio, después de pedir permiso a las instituciones penitenciarias. “Se creó allí una oficina de óptica para dar respuesta a la gran necesidad de salud visual que tenían los reclusos” –indicó–.

Tal es el éxito que Mouriño aseguró que la colaboración va a ser indefinida. “Somos la única Diócesis y Teixeiro es la única prisión de Galicia que tienen este servicio, y parece ser que de las pocas de España, por eso esperamos que sirva de ejemplo para que otros hagan lo mismo, un servicio que honradamente creo que debería prestar la Administración” –confesó–.

Por su parte, Eduardo Eiroa manifestó que este convenio ha tenido un resultado tremendamente positivo gracias a la aportación económica de Cáritas Diocesana de Santiago quien subvenciona las prestaciones que se ofrecen en el centro penitenciario. El presidente apuntó que el Colegio colabora en cuanto a la asistencia profesional de la óptico-optometrista voluntaria Pilar Moinelo, que está realizando un “magnífico trabajo” allí muy valorado por el personal sanitario del centro y los propios internos. “Los reclusos están encantados con Pilar Moinelo que encajó perfectamente como una voluntaria más de Cáritas” –corroboró Mouriño–.

El presidente de los ópticos-optometristas destacó que los principales problemas visuales que atiende la voluntaria son astigmatismo, miopía, hipermetropía y presbicia, este último el de mayor prevalencia por tener los presos una media de edad de 45 años por lo que necesitan corrección para poder ver de cerca con nitidez y realizar las labores de manualidades del centro o simplemente la lectura.

La óptico-optometrista voluntaria, Pilar Moinelo, explica que el principal problema detectado es la presbicia ya que la media de edad supera los 45 años

La óptico-optometrista Pilar Moinelo es la voluntaria responsable de realizar las revisiones visuales a los internos. Suele acudir al penal dos veces al mes, aproximadamente, para realizar los exámenes visuales a los internos con menos recursos económicos. “La acogida de los reclusos es muy buena, y por supuesto, la atención de la dirección del centro penitenciario y especialmente de su directora de Programas Médicos, Carmen Suárez, es fundamental, colaborando en todo lo necesario para que los internos tengan la mejor asistencia óptica optométrica posible” –destaca Moinelo–. Los internos reciben las ayudas ópticas necesarias, por lo que una totalidad de los reclusos se muestran satisfechos con la atención en salud visual que se les presta.

Hasta la fecha, Pilar Moinelo ha atendido a 580 internos, de los cuales 485 han necesitado ayudas ópticas para corregir sus anomalías visuales y 95 han sido derivados al oftalmólogo o no han requerido corrección óptica. La optometrista asegura que la mayoría de los internos presentan defectos de refracción, que en muchos casos no fueron corregidos con anterioridad por falta de recursos económicos.

Explica que el principal problema detectado entre la población reclusa es la presbicia ya que la media de edad supera los 45 años, y sus principales ocupaciones en el centro penitenciario son la participación en talleres y la lectura, donde las gafas de cerca son imprescindibles.

También se ha encontrado con miopes, de más de 6 dioptrías, y en menor medida con casos de astigmatismo leve que pueden provocar síntomas astenópicos como dolores de cabeza o irritación ocular. En otros casos, Moinelo explica que también se detectan ambliopías y patologías, como cataratas, o glaucoma que se derivan al servicio de oftalmología externo. “Un 40% de los internos que reciben ayuda optométrica no necesitaban usar gafas antes de ingresar en el centro penitenciario. En espacios reducidos, como el patio o la celda con una pobre iluminación, los pequeños defectos de refracción se ven incrementados, sobre todo en las miopías que pueden aparecer o empeorar porque los internos no trabajan su visión lejana” –argumenta–.

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia recibió en 2019 la Medalla de Bronce al Mérito Social Penitenciario de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias –órgano adscrito al Ministerio del Interior–, por su prestación de asistencia óptica y optométrica a los internos del Centro Penitenciario de Teixeiro.