Los ópticos-optometristas analizan pruebas diagnósticas que ayudan a detectar anomalías que dificultan la eficiencia y ergonomía del sistema visual

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Manuel Cebeiro, optometrista: “Estas pruebas diagnósticas se utilizan porque el hecho de tener una agudeza visual del 100% no garantiza la ausencia de problemas para leer, escribir, coger una pelota o aparcar”

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia organiza este curso que se celebrará en Santiago este fin de semana y contará con la asistencia de una treintena de profesionales

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia celebra este fin de semana un curso sobre “Pruebas diagnósticas en gabinete y posibles resultados”, que se impartirá en la sede de la entidad en Santiago (calle Salvador García Bodaño, 2, 1º C) el sábado-23 de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas y el domingo-24 en horario de mañana. La jornada formativa estará impartida por el óptico-optometrista, técnico en psicomotricidad, terapeuta visual Manuel Cebeiro. Es un curso contará con la participación de 37 ópticos-optometristas.

El programa formativo se centrará en expilcar a los asistentes las diversas pruebas diagnósticas (de agudeza visual, el test de sensibilidad al contraste, retinoscopia, pruebas acomodativas) y en concreto se centrará en las relacionadas con la visión binocular, aquella en la que se utilizan los dos ojos conjuntamente. Manuel Cebeiro explica que las diversas pruebas diagnósticas permiten al optometrista buscar las posibles causas de pequeñas anomalías funcionales que no dejan trabajar “con eficiencia y ergonomía suficiente” al sistema visual. “Estas pruebas diagnósticas se utilizan porque el hecho de tener una agudeza visual del 100% no garantiza la ausencia de problemas para leer, escribir, coger una pelota, o por ejemplo aparcar” –indica Cebeiro–.

El experto destaca que estas pruebas van encaminadas a dar solución y un diagnóstico eficaz, buscando la raíz del problema y aportando una solución a las pequeñas disfunciones que, acumuladas durante toda la jornada lectiva en el caso de los niños y en la laboral en el caso de adultos, condicionan “falsas miopías o problemas en el aprendizaje escolar, dolores de cabeza sin aparente justificación, visión borrosa intermitente, halos alrededor de las luces de coches o farolas, problemas en la conducción nocturna o con lluvia, inseguridad en tareas habituales o mala motricidad o torpeza en coordinación de tareas ojo-mano”. Una vez hecho todo el examen optométrico y la anamnesis pertinente, Cebeiro señala que el trabajo del óptico-optometrista es explicar al paciente que le ocurre.

Aumento del rendimiento visual

El optometrista recuerda que visión y vista son cosas diferentes, son campos complementarios pero con funciones específicas donde “los optometristas estamos especializados y mucho en la funcionalidad del sistema visual”. Para poder controlar el sistema visual, Cebeiro considera que es necesario realizar por lo menos una visita anual al optometrista en edad adulta, y en edad escolar se aconseja una visita al principio del curso lectivo y otra al fin, para valorar el posible deterioro del sistema visual después de todo el esfuerzo del curso académico. “El control de las diferentes disfunciones que pueda presentar el paciente se hace mediante la consciencia del control que debe tener nuestro cerebro de lo que percibimos a través de los ojos. Hay que reeducar la manera de ver a través de procesos terapéuticos para tener un control pleno de las funciones visuales y disfrutar de un nueva calidad de vida y un potencial y rendimiento visual desconocido” –manifiesta el experto–.