Los ópticos-optometristas analizan pruebas diagnósticas que ayudan a detectar anomalías que dificultan la eficiencia del sistema visual

Manuel Cebeiro, óptico-optometrista y docente del curso:  “Un alto porcentaje del fracaso escolar se podría paliar si los niños acudiesen a un establecimiento de óptica para realizar un examen optométrico completo” 

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia organiza este curso que se celebra en Santiago este fin de semana y cuenta con la asistencia de treinta y ocho profesionales

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia celebra este fin de semana un curso sobre “Disfunciones binoculares y acomodativas”, que se imparte en la sede de la entidad en Santiago (calle Salvador García Bodaño, 2, 1º C) hoy sábado por la tarde y mañana domingo en horario de 9:30 a 13:50 horas. La jornada formativa está impartida por el óptico-optometrista, técnico especialista en pedagogía hemisferial, en el diagnóstico de la lateralidad infantil y en desarrollo infantil y atención temprana, Manuel Cebeiro. Contará con la participación de treinta y ocho ópticos-optometristas.El curso incidirá de manera práctica en los procedimientos a utilizar por los ópticos-optometristas, para aprender a diagnosticar y tratar de manera eficaz las disfunciones más habituales y las deficiencias que pueda presentar el sistema binocular del ser humano. Este diagnóstico ayudará a desarrollar el potencial del sistema visual y a cambiar así la tendencia al bajo rendimiento visual que es una de las mayores causas del fracaso escolar. “Un alto porcentaje del fracaso escolar se podría paliar si los niños acudiesen a un establecimiento de óptica para realizar un examen optométrico completo, usen o no ya gafas, lentes de contacto o cualquier otro dispositivo. Actualmente, las revisiones son muy necesarias por toda la tecnología que nos aborda y que provoca que el sistema visual esté en un bucle de falta de desarrollo y tenga anomalías que puedan provocar problemas de visión” –explica Cebeiro–.

 

El programa formativo se centrará en explicar a los asistentes las pruebas diagnósticas (de agudeza visual, el test de sensibilidad al contraste, retinoscopía, pruebas acomodativas) y en concreto se centrará en las relacionadas con la visión binocular, aquella en la que se utilizan los dos ojos conjuntamente. Manuel Cebeiro explica que las diversas pruebas diagnósticas permiten al optometrista buscar las posibles causas de pequeñas anomalías funcionales que no dejan trabajar “con eficiencia y ergonomía suficiente” al sistema visual. “Estas pruebas diagnósticas se utilizan porque el hecho de tener una agudeza visual del 100% no garantiza la ausencia de problemas para leer, escribir, coger una pelota, o por ejemplo aparcar” –indica el optometrista–.

El experto destaca que estas pruebas van encaminadas a buscar la raíz del problema y aportar una solución a las pequeñas disfunciones que, acumuladas durante toda la jornada lectiva en el caso de los niños y en la laboral en el caso de adultos, condicionan “falsas miopías o problemas en el aprendizaje escolar, dolores de cabeza sin aparente justificación, visión borrosa intermitente, halos alrededor de las luces de coches o farolas, problemas en la conducción nocturna o con lluvia, inseguridad en tareas habituales o mala motricidad o torpeza en coordinación de tareas ojo-mano”. Una vez hecho todo el examen optométrico y la anamnesis pertinente, Cebeiro señala que el trabajo del óptico-optometrista es explicar al paciente que le ocurre.